Jaime Cuevas, la invasión al terreno de La Misión y la campaña electoral de 2021

En su primer gobierno municipal, de 2005 a 2008, Jaime Cuevas Tello cometió errores y realizó acciones correctas e importantes para la sociedad bahiabanderense.

Una de las mejores acciones de aquella su primera administración fue la creación del fraccionamiento La Concha, ubicado a un costado de la carretera de San José del Valle a Valle de Banderas, que benefició con casas terminadas a 200 familias de escasos recursos que no tenían otra forma de adquirir un hogar. Después de él, ningún alcalde de los que le siguieron (Héctor Paniagua, Rafael Cervantes y José Gómez) se interesó en el tema de vivienda, y ni siquiera regularizaron la posesión de las casas de La Concha. Ahora, ha sido nuevamente Jaime Cuevas Tello quien retomó el tema de la entrega de escrituras y ha dado los pasos necesarios para ceder el fraccionamiento La Concha al Instituto Promotor de la Vivienda de Nayarit (IPROVINAY) y que sea éste el que regularice la situación. Tengo entendido que las escrituras ya se están elaborando en Tepic y que en breve tiempo serán entregadas a sus beneficiarios, con lo cual terminarán 11 años de incertidumbre jurídica para esas 200 familias. Jaime Cuevas ha actuado correctamente, con sensibilidad social y compromiso político.

Pero antes de llegar esta segunda ocasión a la alcaldía bahíabanderense, Jaime Cuevas hizo campaña electoral (en 2017). En esa campaña, sus adversarios y detractores lo atacaron por los errores que cometió durante su primera administración (2005-2008), pero su equipo sacó a relucir los aciertos que tuvo y, entre otros, el de la creación del fraccionamiento La Concha. Eso le ayudó mucho en su campaña.

Por otra parte, poco antes del proceso electoral, en el poblado La Jarretadera, nació el movimiento de un centenar de familias solicitantes de lotes para vivienda que proponía la creación de un Instituto Municipal de Vivienda (IMUVI), la creación de una reserva territorial y un programa de créditos para adquirir materiales de construcción a bajo precio. Los integrantes del movimiento invitaron al candidato Jaime Cuevas a dialogar y el día que acudió a platicar con ellos le hicieron las propuestas para que las tomara en cuenta si ganaba las elecciones. El entonces candidato del PAN-PRD-PT-PRS aceptó e hizo suyas las peticiones. Y ganó.

Tres meses después de tomar posesión, el Cabildo aprobó el nuevo Reglamento de la Administración Municipal de Bahía de Banderas que en su artículo 64 establece la creación del Instituto Municipal de Vivienda (IMUVI). En abril de 2018 se aprueba el Reglamento del IMUVI y se designa a su coordinador. El problema fue que el instituto no tenía presupuesto para funcionar. Aún así inició sus trabajos y se coordinó con el Infonavit para la remodelación de una plaza en Valle Dorado y con el IPROVINAYy la CONAVI para el financiamiento de 40 viviendas para personas que ya tuvieran un lote sin construir. A los tres meses el IMUVI dejó de funcionar, y así sigue hasta la fecha.

Lo importante, en este caso, es que Jaime Cuevas Tello ha actuado para resolver la falta de vivienda para las familias de escasos recursos en Bahía de Banderas, porque se ha convertido en un grave problema, ya que actualmente la más modesta de las casas (o departamentos) tiene un costo mínimo de 480 mil ó 500 mil pesos, debido a que las empresas como Dynámica, Casas Ara, Homex, DTC, etcétera, lo que buscan son grandes ganancias, no resolver el problema de la gente que tiene poco dinero. Si la compra es a crédito, ya sea por Infonavit, Fovissste o banco, la deuda dura decenas de años y el comprador termina pagando el doble y hasta el triple del valor inicial de la vivienda. O sea, se hace un gran negocio a costa de las necesidades de la gente trabajadora.

Cuando Jaime Cuevas creó el Instituto Municipal de Vivienda pensó en las familias que no son derechohabientes del Infonavit ni del Fovissste, y en las que no son sujetos de créditos bancarios por su situación vulnerable: discapacitados, vendedores ambulantes, mujeres que hacen trabajo doméstico, albañiles, peones, campesinos, choferes, pescadores, etcétera. Hay miles de familias así en Bahía de Banderas; no todos trabajan en el gobierno, en hoteles y restaurantes con todas las prestaciones de ley. Cerca del 40 por ciento de la población no tiene vivienda propia.

El caso es que hace unos días, cansadas de vivir pagando rentas altas (para ellas), cambiándose de una casa a otra, con viviendas en mal estado y sin servicios adecuados, unas 100 familias de escasos recursos invadieron o se posesionaron de un predio del fraccionamiento La Misión, con el propósito de (en una primera etapa) levantar allí chozas de cartón y luego construir viviendas de ladrillos o blocks.

Cabe mencionar que esta invasión no hubiera ocurrido si estuviera funcionando el Instituto Municipal de Vivienda, y si ya se hubieran adquirido tierras para la reserva territorial y se hubieran constituido fraccionamientos de interés social por parte del municipio o del estado. Estas y otros cientos de familias ya estarían acomodadas en los fraccionamientos creados por el gobierno municipal a través del Imuvi. No existiría la presión y tensión social que se se vive en estos días en Bahía de Banderas, concretamente en San Vicente.

Pero aún es tiempo de actuar. Y actuar bien. Con sentido social y ánimo de mantener la paz y la tranquilidad, para que Bahía de Banderas se desarrolle en armonía como lo propone el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que ordenó que se inviertan en nuestro municipio alrededor de 600 millones de pesos para mejorar las condiciones de vida de miles de familias que viven en colonias marginadas.

Jaime Cuevas es un hombre pacifista y sensible, y por ello no creemos que escuche o haga caso a quienes le piden y exigen que se mantenga al margen del problema de la invasión o que desaloje a los invasores. Creemos que debe actuar en el sentido de ofrecer una solución al problema de vivienda de esas familias. Es tiempo de crear, ya, la reserva territorial, o por lo menos adquirir por parte del municipio un terreno para crear un fraccionamiento social y que se les entregue a las familias invasoras que realmente lo necesitan (para saber si realmente lo necesitan que se hagan estudios socioeconómicos y que se investigue a todos para descartar a algunos, muy poquitos, que posiblemente ya tienen alguna propiedad en el estado).

Los invasores han dicho que quieren pagar sus lotes, y han dicho que si el gobierno municipal les ofrece un terreno en otro lugar, analizarán y probablemente aceptarán las condiciones. O sea, hay disposición al diálogo y a la negociación.

Por su parte, el gobierno municipal, es cierto, este año no cuenta con recursos en su  presupuesto para adquirir un predio, pero para el siguiente sí podría aprobar una partida. Ahorita está a tiempo de incluir el tema en el anteproyecto del presupuesto del 2020, mismo que empezará a elaborarse en septiembre, para revisarse, adaptarse y ser aprobado en diciembre próximo.

Con estas acciones incluyentes, de apoyo a los sectores sociales más desprotegidos, es seguro que Jaime Cuevas dará una nueva lección de cómo se gobierna para todos, de cómo se resuelven los verdaderos problemas sin recurrir a la represión ni a la exclusión social.

Por último, aquí entre nos, si el tema del fraccionamiento La Concha le sirvió a Cuevas Tello para reforzar su campaña electoral de 2017 rumbo a su segunda presidencia municipal. Atender a las familias invasoras de La Misión, reactivar el Imuvi y crear la reserva territorial le servirá para que sea exitosa su eventual campaña a la gubernatura o a cualquier otro puesto de elección popular.

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