Gerardo Martino entendió dos lecciones ayer ante Venezuela, la primera de ellas, es que, sin profundidad, la Selección Mexicana carece de ideas futbolísticas, y ello podría ponerlo en grandes predicamentos para una Copa Oro que está por iniciar en diez días; el segundo aprendizaje: este equipo es capaz de remontar un marcador, como lo hizo ante la Vinotinto, cuando las piezas se ordenan correctamente.
Con goles de Roberto Alvarado (32’), de Rodolfo Pizarro (54’) y del capitán Andrés Guardado (75’), el Tri logró dar vuelta al gol que Jhon Murillo hizo al minuto 18.
Final 3-1 para un Tricolor, que encontró demasiado premio para lo que fue un partido con más carencias que virtudes.
Y hablamos de falencias, porque la realidad es que el Tricolor tuvo unos primeros minutos en el que intentó matar al rival hasta en tres oportunidades frente al arco, pero la precipitación hizo que el tanto no llegara, pero sí en el único disparo que hizo Venezuela con Murillo, el jugador de Tondela sacó un disparo de media distancia, que fue a dar al ángulo, dejando parado a Jonathan Orozco.
Con información de Fox Sports
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