El amor incondicional de una madre

Llega el tan esperado mes de mayo, el mes en el cual se celebra a una de las personas más importantes. Se celebra a esa persona que te amó desde el momento que supo que llegarías al mundo. A esa persona que te cantaba y hablaba contigo cuando aún estabas en su vientre sin saber si podrías escucharla o no.

Se celebra a la mujer que se encontraba leyendo libros de maternidad ya que se moría de miedo por no sentirse suficientemente lista para recibirte. La mujer que dejó de dormir noches enteras ya que no dejabas de moverte en su pancita. La misma que el día de tu llegada experimentó un dolor incomparable para traerte al mundo, pero que si tuviera que hacerlo lo volvería a hacer sin dudarlo. La mujer que en tus primeros días se la pasaba en vela viendo si respirabas, si tenías hambre o si te tenía que cambiar el pañal otra vez. La que dejó de comprarse ropa y cuidarse para cubrir todas tus necesidades. La que cambió las bolsas de maquillaje y tacones por pañaleras y zapatos cómodos. La mujer que te vio dar tus primeros pasos y aunque pasabas todo el día con ella terminaste diciendo la palabra con “p” antes que “mamá”. La celebramos porque aunque le costó verte partir en tu primer día de escuela siempre supo que era lo mejor para ti.

Este mes celebramos a la mujer que se pasaba noches enteras ayudándote en tus proyectos. La que parecía que tenía superpoderes por que aparecía cartulinas a las ocho de la noche en un domingo. A la mujer que no se perdía ningún festival en la escuela y a la misma que tenía que ir a hablar con los maestros por tu mal comportamiento. La que te preguntaba qué querías ser de grande y te vio cambiar de profesión más de veinte veces pero siempre te apoyó. La que te llevaba a todas tus clases en la tarde aunque te negabas y llorabas todo el camino, pero una vez estando allí salías feliz de ellas.

Celebramos a la mujer que te vio enamorarte y estuvo ahí cuando te rompieron el corazón por primera vez. A la mujer que celebró cuando te aceptaron en la universidad que querías aunque sabía que terminarías a miles de kilómetros de ella. La que te vio cambiar de pareja una y otra y otra vez y aceptó a todos porque sabía que en ese momento te hacían felices. A la mujer que siempre te esperaba en casa con comida aunque ahora ya tenías tu propia casa y familia. La mujer que celebró tus triunfos y te dio la mano en  tus fracasos. La que nunca dejó de creer en ti.

Sin duda alguna celebramos al ser que parece barril sin fondo ya que su amor hacía ti es infinito. En mayo celebramos a todas las mamás que han dado su vida entera por los hijos, a las que continuarán haciéndolo y a las que anhelan hacerlo, ya que para ellas no hay amor más grande que el amor hacía un hijo, y no hay amor para un hijo que pueda ser comparado con aquel ser inigualable, al que podemos llamar mamá.

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