Marcos Llorente vive en el olvido

La gran temporada que Marcos Llorente realizó en el Alavés le valió su regreso al Madrid en el verano de 2017. Se postulaba como el relevo y competencia directa de Casemiro en el puesto de pivote, pero más de un año después, tras ser ignorado por Zidane, Lopetegui y Solari, el canterano solicitará al club una salida en el mercado invernal.

 

El centrocampista, de 23 años, considera desde hace meses que su proyección está en punto muerto. Su progresiva devaluación desde su llegada confirma que ahora mismo es un jugador declinante y cuya carrera está en peligro de estancamiento. El chico entiende que su situación actual es prácticamente insostenible y, además, defiende que es irreversible. Llorente no tiene esperanzas de que su rol en el Madrid vaya a coger algo de protagonismo. Tiene la creencia de que si no está entrenando en las convocatorias, no existe ninguna razón para pensar que Santiago Solari le dé continuidad de aquí a final de temporada.

El argumento que utilizará para solicitar a los dirigentes que acepten su petición de abandonar el club, es el mismo que viene defendiendo desde que le comunicaron en 2017 que formaría parte de la primera plantilla. Llorente siempre ha transmitido el mismo mensaje, su deseo es jugar. Lo dijo a su llegada, lo repitió en la ventana de enero del curso pasado e insistió de nuevo este verano cuando ya tenía en mente salir del Madrid. Su idea la puso en suspenso Julen Lopetegui, quien le comunicó que contaba con él. El mensaje fue el mismo que el vasco, temeroso ante la salida de Mateo Kovacic y el inmovilismo del club en el mercado, transmitió a todos los centrocampistas de su plantilla.

La decisión final sobre el futuro de Llorente está en manos del Madrid. El canterano es consciente de que su salida, posiblemente en forma de cesión, solo se producirá si los dirigentes dan luz verde. No será, en todo caso, cuestión de ofertas. Tanto este verano como el anterior, el pivote recibió propuestas de clubes importantes, de España y del extranjero, para abandonar el Bernabéu.

Por parte del club, no existen muchos motivos que inviten a retener a un jugador que figura como el segundo futbolista de campo con menos minutos en 2018 (636), solo por detrás de Jesús Vallejo (465). Con Zidane, su primer técnico en el Madrid, la relación era prácticamente inexistente. No había buen feeling entre ambos desde que coincidieron en el Castilla y bajo las órdenes del francés su papel fue secundario, disputó 1.063 minutos (501 de ellos en Copa) repartidos en 20 partidos.

Lopetegui, pese al mensaje que le trasladó antes de verano, disminuyó su participación. Llorente solo jugó 11 minutos en los 14 partidos que dirigió el vasco. En cuanto a Solari, solo le dio carrete en Copa. Disputó el partido completo en Melilla, pero se quedó fuera de las convocatorias ante Valladolid, Viktoria Plzen, Celta y Eibar, partidos en los que sí entró el uruguayo Valverde, aparentemente por delante en la rotación.

Abocado a ser el último centrocampista de la plantilla, y ante el interés del club blanco en contratar a otro volante, el argentino de River Plate Exequiel Palacios, Llorente solo ve una solución posible para retomar su progresión y terminar con el ostracismo que ha vivido en el último año y medio. El canterano quiere marcharse del Madrid.

Con información de «El país»

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