El sábado por la noche alrededor de las 10 de la noche, una camioneta doble rodado con un tanque de cerca de cinco mil litros de gas butano circulaba por el camino del fraccionamiento La Misión en San Vicente, cuando el alcoholizado chofer y su acompañante (a decir de los propios testigos del lugar) perdieron el control de la camioneta cayendo al canal paralelo al camino, golpeándose ellos y dejando la pipa averiada con un líquido escapando.
De inmediato llegaron al lugar los agentes de la policía vial bajo el mando del comandante Grimberth. Lo sospechoso de este accidente fue que un ejecutivo de la gasera llegó al lugar preguntando por “quien estaba al mando” respondiendo el comandante mencionado y luego de una conversación entre ellos el comandante ordenó al resto de los elementos que se retiraran pues su ayudante y él se “harían cargo” del accidente.
Mal lugar llegaron tres gruas de plataforma de la empresa Riviera, y dicho sea de paso Gruas que no tienen placas del estado de Nayarit, pero no pudieron sacar la pipa, tuvieron que llamar a una grúa más grande la cual llego y está de plano no traía ni placas.
Toda la maniobra llevó más de cinco horas, según la versión de algunos vecinos, nunca estuvo ni una unidad de Protección Civil y Bomberos para evaluar los daños así como el riesgo mortal por explosión y más tarde se supo que fueron varios miles de pesos los que el comandante Grimberth y su pareja recibieron por dejar ir a este chofer, levantar la pipa y no enviarla al Corralon.
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