Invaden vendedores piratas las playas de Bahía de Banderas

Con el cierre de las playas en Nayarit, uno de los sectores más afectados, son los ocupantes de la zona federal marítimo terrestre; no solo por la falta de turistas a quien ofrecer sus servicios y productos, sino también por la competencia desleal que les representa los vendedores piratas, sobre todo en las playas, que pese a “estar cerradas”, hay bañistas como es Bucerías, La Manzanilla, Sayulita y San Pancho.

Se estima que en estas playas, se triplica el número de vendedores piratas a los inscritos en el padrón de Semarnat. Actualmente son 100 vendedores que cumplen con sus pagos y tienen permiso.

Los vendedores de playa regularizados van de un lugar a otro, vendiendo productos como pareos, renta de paraguas, sombreros, aretes, pan, donas, collares, hacer trencitas y pescado y camarón en varilla. En total son 100 y pagan 45 pesos por metro cuadrado.

También hay otros ocupantes de la zona federal marítimo terrestre, como masajistas y establecimientos como hoteles, restaurantes. Se trata de todos aquellos que tienen un permiso o concesión.

De acuerdo al padrón de la Coordinación de ZOFEMAT del Gobierno de Nayarit, hasta antes de la pandemia COVID 19, era de 1,200 ocupantes que cada dos meses pagan su cuota. Es decir, 83 pesos por metro cuadrado.

Disminuye el ingreso por Zofemat

Sin embargo, la falta de reactivación de las actividades comerciales, ya se ve reflejado en los ingresos. Antes de la pandemia por COVID 19, se tenía una recaudación por el concepto de concesiones de 37 millones de pesos. En agosto, la recaudación fue menor; es decir, 34 millones 800 mil pesos. 2 millones de pesos menos.

El Gobierno del Estado cuenta con una oficina recaudatoria en el municipio, y es ahí donde se paga la cuota bimestral por parte de los concesionarios que están en un padrón de la SEMARNAT. Hoy, esta oficina le cobra a 895 concesiones y permisos transitorios.

Hay más vendedores piratas que turistas

En un recorrido realizado por las playas de Bahía de Banderas, la queja recurrente de los vendedores que tienen permisos, no es la falta de turistas y desde luego que impacta sus ventas, sino el desorden que se aprecia en las playas de mayor visita, sobre todo en Sayulita.

Según los testimonios recabados, los vendedores irregularidades triplican el número de padrón. Se estima que son 200 a 300. No se descarta que la situación económica obligó a muchos a buscar en las playas un sustento.

El caso de Nuevo Vallarta es tema aparte; por ser zona hotelera está controlado el tema de presencia en playas. Ellos si cumplen con respetar el cierre de playas y no hay vendedores. Y es FIBBA quien se hace cargo de la playa.

Por tratarse de una zona federal, corresponde a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente regular las actividades comerciales; sin embargo, en Bahía de Banderas solo hay dos inspectores para todos los ámbitos de su competencia. Y el Gobierno municipal no tiene las facultades para intervenir.

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