Una de las principales tareas de los gobiernos municipales, claramente estipulada en el artículo 115 Constitucional, es la de proporcionar a la población los servicios de agua potable para consumo humano, y de saneamiento de las aguas negras o residuales para ser reintegradas a la naturaleza o re-utilizadas en actividades de diversa índole, sobre todo en la agricultura y la jardinería. Para ello, los municipios crean y administran organismos autónomos, descentralizados, con patrimonio y personalidad jurídica propios, como el Oromapas de Bahía de Banderas, que deben manejarse técnicamente, con rigor administrativo, como empresas comprometidas socialmente pero sin influencias políticas que pongan en riesgo su viabilidad financiera y operativa.
Seguramente con esa indicación fundamental el alcalde Jaime Alonso Cuevas Tello decidió colocar al frente del Oromapas al licenciado José Mercado Ramírez allá por septiembre de 2017, luego de consultar el tema con sus principales asesores y con el ingeniero Merced Venegas, a quién originalmente quería poner Cuevas en el puesto por su experiencia pero que le había rechazado la invitación por asuntos familiares. Venegas, en la plática, le propuso al alcalde el nombre de José Mercado, a quien le reconocía experiencia, rectitud, honestidad, capacidad, lealtad, conocimiento e interés por el tema del agua potable en la región. Entre otras cosas, Mercado Ramírez tenía en su currículum 18 años de trabajo en el SEAPAL-Vallarta sin ninguna queja por parte de sus sucesivos jefes y, al contrario, su hoja de servicio resaltaba su capacidad, honestidad y entrega.
José Mercado pronto demostró su capacidad en el puesto de director general del Oromapas, y siempre estaba atento a los problemas que surgían día con día; las 24 horas del día durante los 7 días de la semana se mantenía al tanto de lo que ocurría. Si había una fuga de agua o del drenaje, José Mercado tenía la información de primera mano, y atendía el problema de inmediato. Enviaba a los elementos de guardia y los dotaba de lo necesario para resolver el problema. Casi ninguna fuga duraba más de unas cuantas horas después de ser de su conocimiento (lo que sí sucedía antes de su llegada).
Y siempre fue leal al presidente Jaime Cuevas. Cuando realizaba reuniones en las colonias, fraccionamientos y poblados, lo primero que decía era que el presidente Jaime Cuevas los había enviado para atenderlos y que sus indicaciones (del alcalde) eran resolver los problemas. Todas las medallas, todos los reconocimientos, eran para Jaime Cuevas. Su lealtad a su jefe político, el presidente, la demostró hasta en la campaña electoral de 2018, al organizar y movilizar un poderoso grupo de promotores del voto que ningún otro funcionario pudo siquiera soñar. José Mercado fue el más fiel, leal y real apoyo de Jaime Cuevas en esa jornada electoral, y si la catástrofe no fue peor de lo que ocurrió al perder los candidatos de la alianza PAN-PRD-MC se debió en gran parte al trabajo de Mercado y su equipo. Es decir, Mercado funcionaba bien en lo técnico-administrativo y en lo político-electoral.
José Mercado sabe trabajar en equipo y el que formó en el Oromapas fue muy efectivo porque lo mantenía informado, en permanente capacitación, y les daba tareas concretas encaminadas a resolver problemas a corto, mediano y largo plazo. Cada semana realizaba todas las reuniones necesarias con su personal, con sus colaboradores más cercanos. Pedía la opinión de cada uno, les daba participación. Llevaba a todo su equipo a intercambiar experiencias con los de SEAPAL-Vallarta y, en lo posible, con los funcionarios del Implan, con las dependencias estatales y federales. Defendía los intereses del municipio ante las empresas que administran la Mega Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, y le informaba cada situación al alcalde de inmediato, nunca tomó decisiones importantes sin consultarlo con Cuevas Tello.
José Mercado, Jorge Guerra, Marco Antonio Flores y el resto del equipo «revivieron»
el tema del gran pozo radial y el acueducto que llevaría agua desde El Colomo hasta Punta de Mita y Lo de Marcos, para resolver la falta de agua en toda esa zona y lograr la construcción de nuevos desarrollos turísticos. Mercado Ramírez no sólo «revivió» ese viejo proyecto sino que se movilizó para buscar apoyos en los gobiernos estatal y federal, mientras su equipo trabajaba en la elaboración de los esquemas de financiamiento y el proyecto técnico, con el apoyo de la doctora Beatriz Martínez y el personal del Instituto Municipal de Planeación (Implan). Todo se hacía cumpliendo las indicaciones de Jaime Cuevas, para que el alcalde a su vez le cumpliera al pueblo de Bahía de Banderas.
Sin embargo, a pesar de ese gran trabajo de José Mercado, a pesar de tanta entrega y buenos resultados, hoy se dio a conocer su renuncia. Y lo que más sorprende es que Jaime Cuevas Tello la haya aceptado, deshaciéndose así de un gran elemento y haciéndole el caldo gordo a algunos funcionarios de su propia administración que llevan y traen chismes sin fundamentos, dedicados más a la grilla barata que al trabajo institucional. Pronto Jaime Cuevas se dará cuenta de su error, cuando comprenda que dejó ir a uno de sus mejores colaboradores, a un gran operador técnico y político, al más interesado en hacer un gran trabajo para que él, el presidente, se luciera y dejara huella en materia de agua potable y saneamiento ambiental.
Es cierto que nadie es indispensable en ninguna parte, pero también es cierto que no se puede cambiar de caballo a mitad del río, y menos si se monta un gran caballo.
Indudablemente los trabajos del proyecto del pozo radial y el gran acueducto a Punta de Mita (que tiene un 70 por ciento de avance) se verán retrasados o postergados con los cambios en el Oromapas, situación que, esperamos, no suceda. Y ojalá que Jaime Cuevas le dé la responsabilidad del Oromapas a un elemento que iguale o supere lo realizado por el que se va.
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