Opinión de Rubén Garcia
La reciente reestructuración del gabinete de Jaime Cuevas dejó en claro que el médico de San José del Valle está seriamente comprometido con un proyecto de gobierno que transforme verdaderamente al municipio y, por esa razón, los movimientos que realizó pretenden eficientar más a su equipo de trabajo.
No es cierto que se castigó a unos y se premió a otros. No es cierto que el jefe vial Pedro Baños fue bajado de nivel porque tuvo la mala idea de meter sus taxis a funcionar como patrullas, lo que más de una vez ha ocasionado fricciones con conductores y han sido exhibidas en las redes sociales del Facebook como una irregularidad del nuevo gobierno, por no traer placas. No es así. Baños sigue como responsable de la vialidad pero ahora bajo las órdenes del experto Ricardo Guerra, lo que sin duda promete ser un gran equipo que pronto dará frutos en materia de seguridad y orden.
Tampoco es cierto que se castigó a Víctor Percastre porque (dicen) se vio envuelto en un escándalo de abuso de confianza, cuando unas personas a las que él dio unos vales de unos cuantos litros de gasolina para vehículos utilizados en el desempeño de labores propias de su dependencia, los vendieron o los regalaron a particulares, lo que lo puso en el ojo del huracán. A Percastre no lo corrieron pero tampoco lo hicieron director; quedó como el brazo fuerte de José Ascención Gil Callejas, un hombre mesurado, inteligente, capaz y de todas las confianzas del alcalde que, sin duda, hará un gran trabajo con el excelente presupuesto que le fue asignado a su dirección para este 2018.
Los casos de Victoriana Jiménez (ahora subdirectora de Desarrollo Rural) y Rocío Guadalupe Martínez Ocegueda (ahora subdirectora de Turismo), también son prometedores, pues harán fuerte equipo con Claudia Guzmán, quien recibió la encomienda de encabezar la nueva dirección de Turismo y Desarrollo Económico. A Citlali López Souza también parece que la bajaron de nivel, pues su dirección ahora se convirtió en una «Unidad», lo mismo que a Jorge Eduardo González Rivas, cuya dirección también de plano desapareció y quedó convertida en una subdirección de Educación y dos institutos bajo el mando de Juan Francisco O’Cónnor Aguirre, en la nueva dirección de Bienestar y Desarrollo Social.
Los movimientos en el gabinete nos hacen concluir que, efectivamente, todos los nombres del equipo de Jaime Cuevas están escritos con lápiz y que podrían producirse más cambios si no existen buenos resultados en las áreas respectivas, sobre todo ahora que se podrá evaluar de manera más efectiva, con base en los Programas Operativos Anuales (POA).
Junto con esta reestructuración de su equipo, Jaime Cuevas nos ha entregado el informe de sus primeros 100 días al frente del gobierno y aquí vemos no sólo lo que ha hecho si no lo que viene, lo que hará en adelante, con ese interesante presupuesto de mil 224 millones de pesos para el 2018
En efecto. La obra más importante en estos 100 días (sin duda) es la aprobación de los nuevos reglamentos (sobretodo el de la administración municipal), la creación de los institutos de planeación, vivienda y de la mujer, la organización de los consejos consultivos en las diferentes áreas (y que José Gómez nunca creó, violando la ley), y la elaboración y aprobación la Ley de Ingresos 2018 y su correspondiente Presupuesto de Egresos. Así pues, en estos primeros 100 días Jaime Cuevas colocó los fuertes cimientos legales, políticos y administrativos, de lo que será el éxito de su gobierno, las grandes obras que necesita Bahía de Banderas para responder a las exigencias del turismo mundial, del desarrollo social equilibrado y de la estabilidad política con justicia y paz.
Hay planes (y ya se está trabajando en ello) para poner orden en el desarrollo urbano. Así, Bahía de Banderas dejará de ser un conjunto de ranchos y fraccionamientos dispersos, porque los equipos de Matías Verdín y Hugo Ortega ya trabajan en el Plan Municipal de Desarrollo Urbano y la actualización de la Tabla de Valores Catastrales, así como en la adquisición de una gran reserva territorial para la creación ordenada y moderna, de fraccionamientos populares y vivienda media, donde se pueda contar con grandes parques, jardines y campos deportivos, áreas comerciales y zonas escolares, lo que dará un gigantesco impulso económico y dará orden y certidumbre a la región.
Hay proyectos (y también ya se está avanzando en ello), para la construcción de un gran acueducto que lleve el vital líquido desde El Colomo hasta Punta de Mita, lo que permitirá el crecimiento urbano de aquella importante zona turística, donde la escasez de agua ha impedido el asentamiento de los trabajadores de la industria sin chimeneas y el desarrollo de nuevos proyectos turísticos.
Por todo lo anterior, se deduce que el de Jaime Cuevas no será un gobierno mediocre, de funcionarios llamados para «administrar la pobreza», al contrario, se trata de un equipo obligado a pensar y trabajar en grande, como ninguno en la historia de nuestro municipio. Y uno se pregunta: ¿cómo es que (y por qué) se aspira a tanto? La respuesta es que, además del equipo «visible» de Jaime Cuevas (los integrantes del gabinete), hay otros que generan ideas y hacen cuajar los proyectos para esta administración: son los 4 fantásticos.
Sí, aunque parezca una copia de aquel cómic de los años sesenta del siglo pasado (y actualizado en una película hace unos diez años), el presidente municipal cuenta con cuatro super-asesores que son los creadores de los proyectos que poco a poco se materializan en esta administración. Esos cuatro fantásticos de Jaime Cuevas son Juan González (jefe de gabinete, que trabaja con la maestría de un gran director de orquesta), Carmen Wong (talentosa y de enorme capacidad en materia de finanzas, autora de la Ley de Ingresos que permitirá captar 500 millones de pesos más que el año pasado, y del Presupuesto de Egresos que combina lo urgente con lo necesario), el empresario Jorge Villanueva (el soñador que visualiza un moderno, ordenado y progresista Bahía de Banderas, con desarrollo sustentable), y la doctora en Derecho Beatriz Martínez (autora de la reforma legal y administrativa que engendró el nuevo Reglamento Municipal, la creación del trascendental Instituto Municipal de Planeación, y generó los nuevos institutos de la mujer, de la juventud y de la vivienda).
Estas cuatro personas son las más influyentes (en el buen sentido de la palabra) en el proyecto de Jaime Cuevas para modernizar y transformar verdaderamente a Bahía de Banderas. Ellos trabajan a discreción, lejos de los reflectores, alejados de la publicidad de los medios de comunicación, están allí, atentos a lo que sucede, subsanando las deficiencias y adelantándose a los problemas, para tener las soluciones a tiempo.
Jaime Cuevas no es un todólogo, pero posee la inteligencia necesaria para rodearse de gente capaz y preparada, como los mencionados cuatro fantásticos. Esa inteligencia y sensibilidad no la había demostrado ningún otro alcalde y, por ello, en el pasado los problemas en lugar de ser resueltos se complicaban más. Ningún funcionario veía más allá de sus narices.
Ahora, si todo sigue como hasta ahora, sin duda Jaime Cuevas hará un gran gobierno, el más trascendental en la historia de Bahía de Banderas.
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