Un comentario obligado merece la renuncia de la Sra. Margarita Zavala como competidora independiente a la silla presidencial a escasos días de verificarse el segundo debate entre los aspirantes a gobernar a la Nación.
La candidata independiente justificó su renuncia por dos razones; a saber: que la competencia presidencial es inequitativa frente a las maquinarias de los partidos políticos, falta de fondos privados para financiar su campaña y la certeza que no tiene ninguna probabilidad de ganar la elección.
Ante tal situación –subrayó- “renuncio, no declino a favor de tal o cual candidato” por lo que deja en total libertad a sus miles de seguidores a votar a conciencia personal por aquel candidato que mejor convenga al interés del país.
La renuncia de Margarita Zavala a su candidatura no fue una gran sorpresa. Después del primer debate se avizoró esta posibilidad dado que días después bajó en las preferencias electorales. En la última medición apenas alcanzó una intención de voto a su favor del 3%.
La Sra. Zavala se bajó del barco de la competencia no por su “amor a México” y de fidelidad a sus principios ideológicos; claudicó a su proyecto político porque equivocó el camino al hacerle creer sus amigos cercanos de su gran popularidad y por tal razón renunció a su partido en la idea que la militancia panista la seguiría a pie juntillas, luego de su ruptura con el grupo hegemónico que presidia Ricardo Anaya. En otras palabras trató de desfondar al PAN. Lejos de ocurrir en esta dirección sucedió lo contrario. Al reagrupar a la mayoría del panismo nacional en torno a Ricardo Anaya como aspirante presidencial le salió el tiro por la culata.
Ahora bien renunció a la candidatura por cálculos políticos. Aunque no lo diga públicamente con ese porcentaje de seguidores puede negociarlo con algunos candidatos que mejor le cuadren o después de la elección del 01 de julio estaría en posibilidad de recuperar el liderazgo nacional del PAN –en caso de una derrota de Ricardo Anaya- o bien de iniciar la formación de un nuevo partido político…
Su impacto en el proceso electoral.-La renuncia de Margarita Zavala en principio no creo que cambie mucho en las tendencias electorales. Los votos no se endosan a otro candidato por un arreglo cupular. El 3% de Margarita Zavala se dispersará a otros candidatos o se abstendrán de sufragar.
Si la Sra. Margarita Zavala decidiera a última hora –presionada o nó por las fuerzas fácticas o por el gobierno de Peña Nieto- hacer un llamado a votar por Ricardo Anaya o por José Antonio Meade evidenciaría su doble moral en aras de obtener favores políticos para sus más cercanos colaboradores en la perspectiva de un futuro proyecto político.
Margarita Zavala al igual que Ivideliza Reyes actual candidata a diputada federal por el distrito dos postulada por el Partido Movimiento Ciudadano después de haber vomitado rayos y centellas en contra de los partidos políticos reconocieron que para alcanzar un puesto de elección popular deben formar parte de sus cúpulas por siniestras y corruptas que éstas sean. La ambición y el pragmatismo político hoy en día prevalecen sobre los principios ideológicos y la ética pública…
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