Saltillo, Coah.- Restos de personas torturadas y asesinadas por Los Zetas en el interior del Cereso de Piedras Negras entre 2009 y 2012 fueron esparcidos en el río San Rodrigo y su desembocadura en el río Bravo, en la frontera norte del estado, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
La dependencia informó que entre 2008 y 2011, células del grupo delictivo que operaban en la zona norte de Coahuila mataron dentro del reclusorio a más de 150 personas a las que secuestraron en Piedras Negras y otros municipios de la región. Los cadáveres fueron incinerados en tanques de acero con diesel y ácido.
El agente del Ministerio Público encargado de la Subprocuraduría para la Investigación y Búsqueda de personas no Localizadas en Coahuila, José Ángel Herrera, informó que la PGJE «obtuvo cinco órdenes de aprehensión por los delitos de desaparición forzada de personas, por diversos hechos sucedidos del mes de diciembre del año 2009 al mes de enero del año 2012, en el interior del Centro Penitenciario de la ciudad de Piedras Negras».
Las órdenes son en contra de David Alejandro Loreto Mejorado, Francisco Javier Vélez, Santiago Peralta García, Ramón Burciaga Magallanes y Manuel Elguezabal Hernández, presuntos miembros del crimen organizado.
«La solicitud de las órdenes de aprehensión se deriva de las acciones que realiza la Subprocuraduría de Personas Desaparecidas para llegar a la verdad de los hechos ocurridos en el centro penitenciario de Piedras Negras», dijo el funcionario.
«La orden de aprehensión es por la desaparición de siete personas de las cuales se tiene la certeza de que fueron privadas de la vida. La investigación sigue abierta y se siguen realizando diligencias para dar con el paradero de más personas que tienen reporte de desaparición y que de acuerdo a testimonios, fueron trasladadas al centro penitenciario para privarlas de la vida».
La Procuraduría de Coahuila, la Policía Federal y la PGR «realizó inspección ministerial al interior del centro penitenciario de Piedras Negras donde se recolectó diversa evidencia que se envió a la Policía Federal División Científica para su análisis y una vez realizado el dictamen, se concluyó que la evidencia recolectada correspondía a fragmentos óseos que por su grado de calcinación no se pudo determinar su origen».
Asimismo, añadió, «se realizó una inspección ministerial en el río San Rodrigo a la altura del ejido El Moral, inspeccionándose una longitud de 1.5 kilómetros hasta la desembocadura con el río Bravo».
Este contenido esta protegido por los derechos de autor y de propiedad intelectual. Se prohibe la copia, transmisión o redistribución del mismo sin autorización por escrito de Noticias DLB. Todos los derechos reservados copyright 2024.
Comentarios