Washington.- Ya sea que los británicos decidan quedarse o no en la Unión Europea (UE), los electores del continente dudan cada vez más de esa comunidad.
El término Brexit o Brixit es una combinación de British (Británico) y exit (salida), para referirse la posible salida del Reino Unido de la UE (British exit).
Según un estudio del Pew Research Center publicado el martes, el resultado del referéndum del 23 de junio en el Reino Unido se anuncia ajustado: 48 por ciento de los electores tiene una opinión desfavorable de Europa y 44 por ciento está a favor de permanecer en el bloque.
Pero la oposición a la UE también aumentó en otros países a priori más favorables. El apoyo a la UE en Francia cayó así 17 puntos porcentuales en un año, a 38 por ciento.
Entre los 10 países señalados por Pew, sólo Grecia, obligado por la UE y sus acreedores internacionales a adoptar medidas de austeridad, aparece más enojado con Bruselas que Francia. La UE cuenta en Grecia con un apoyo de 27 por ciento.
Sin embargo, aún cuenta con el respaldo de sus nuevos miembros, como Polonia (72 por ciento) o Hungría (61 por ciento), pero no tanto con aquellos integrantes de más larga data.
Incluso entre los países fundadores de la UE más ricos, como en Alemania, el optimismo en relación con el bloque alcanza apenas 50 por ciento, una baja de 8 puntos entre 2015 y 2016.
Los electores jóvenes y los militantes de izquierda son en general más favorables a la UE que los de mayor edad y de derecha populista. Pero todos expresan su preocupación por la manera en que la UE maneja la crisis de los refugiados de Medio Oriente.
La desaprobación también es importante aunque no generalizada, sobre como el bloque enfrenta el impacto económico de la crisis en la zona euro, principalmente en el Mediterráneo.
En los países del sur afectados por la deuda, 65 por ciento de los españoles, 66 por ciento de los franceses, 68 por ciento de los italianos y 92 por ciento de los griegos desaprueban la gestión de los problemas económicos por parte de la UE.
En seis de los 10 países sondeados, son mayoría los electores que quieren que ciertos poderes vuelvan a su país.
Las cifras británicas son elocuentes: 65 por ciento de los electores desea que Londres recupere su influencia, cuando solamente seis por ciento querría una unión más estrecha (transferir más poderes a Bruselas) y 25 por ciento favorece el statu quo.
Pese a ese creciente euro-escepticismo, los electores de los otros nueve países estiman mayoritariamente (entre ellos 89 por ciento de los suecos) que la salida del Reino Unido de la UE sería «una mala cosa».
El estudio de Pew fue realizado en cada país entrevistando a cerca de mil adultos en edad de votar, por teléfono o personalmente, por el instituto TNS BMRB, entre el 4 de abril y el 12 de mayo.
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