- Las ballenas azules que llegan a México son afectadas por la contaminación de las aguas y la sobrepesca en sus zonas de alimentación.
- Oceana reitera su disposición para trabajar en conjunto con la CONANP para asegurar la protección de zonas clave para la biodiversidad de nuestro país.
CDMX.- Cada año el animal más grande del mundo, la ballena azul, llega a aguas mexicanas para alimentarse, reproducirse y brindar cuidado a sus crías. Uno de los lugares donde es posible verlas es Bahía de Loreto en Baja California Sur, Área Natural Protegida (ANP) que de febrero a marzo recibe a estos enormes cetáceos y donde además se pueden ver otras 29 especies de mamíferos marinos. Este sitio es clave para la conservación de las ballenas y de nuestra riqueza marina.
De acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en seis estados es posible ver otras especies de ballenas:
1. Baja California (Bahía de Todos Santos)
2. Baja California Sur (Bahía Magdalena, Bahía Santa María, Isla Magdalena, Parque Nacional Bahía de Loreto, Reserva de la Biosfera El Vizcaíno y el Área de Protección de Flora y Fauna Cabo San Lucas)
3. Nayarit (Guayabitos, San Blas e Isla Isabel)
4. Jalisco (Bahía de Tenacatita)
5. Sinaloa (Mazatlán-Teacapan)
6. Oaxaca (Puerto Ángel- Mazunte)
“El cuidado de las ballenas no sólo pasa por impedir su caza, sino por proteger el hábitat marino que visitan en nuestro país, por eso, fortalecer las ANP de México es clave. Cuidar el medio ambiente es también defender ingresos, empleos y la forma de vida de las personas que dependen de proporcionar servicios de turismo responsable para el avistamiento de ballenas. Regular la pesca en las ANP es un fundamental, pero actualmente no conocemos cuánto se pesca en ellas”, manifestó Miguel Rivas, Director de Santuarios Marinos en Oceana.
En 2021, Oceana, organización enfocada en la protección de mares, publicó una evaluación de las 39 ANP marinas en México y las conclusiones no fueron alentadoras: Se trata de un sistema rezagado ante los desafíos actuales. En el caso específico de las ballenas, la contaminación de las aguas y la sobrepesca dañan las zonas de alimentación de estos animales. Además, el krill, un pequeño crustáceo del que se alimentan las ballenas, es altamente sensible al estrés ambiental, cuando las aguas son afectadas por contaminación orgánica debido a materias fecales de aguas residuales y/o contaminación por plástico, ponemos en riesgo a estos mamíferos marinos. La evaluación completa puede revisarse en: https://mx.oceana.org/…/ANPs_marinas_reporte_ejectutivo…
Por ello, Oceana invita a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y en particular a Adán Peña, titular de esta dependencia, a trabajar en conjunto para mejorar el sistema de ANP mexicano para conservar estas piezas claves en la protección de la biodiversidad que distingue a México.
Finalmente, vale la pena recordar que una manera de disfrutar la llegada de ballenas azules a México con responsabilidad es contratando operadores turísticos certificados e identificados con un banderín que otorga la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Esto garantiza que el operador turístico conoce los protocolos para un avistamiento pasivo y cumple con las medidas necesarias que garantizan la seguridad de las ballenas y las personas.
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