- Todos los años, a partir del mes de junio, arriban a las playas nayaritas centenares de tortugas marinas que vienen a cumplir con su ciclo de vida.
La tortuga marina es la imagen oficial de Riviera Nayarit, sin embargo, es más que un símbolo o ícono, ya que su valor ecológico y ambiental va más allá que el turístico mismo; de ahí se deriva el compromiso que el Destino ha establecido con los programas de protección del quelonio, en conjunto con la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) y las asociaciones civiles de la región.
Todos los años a partir de junio, arriban a las playas nayaritas centenares de tortugas marinas que vienen a cumplir con su ciclo de vida al depositar sus huevos en la arena, comenzando así la temporada de anidación.
Este fenómeno natural está protegido gracias a la alianza con los campamentos tortugueros instalados en las diferentes comunidades de este Destino, que son los que manejan los santuarios y se aseguran de que las tortugas cumplan con su proceso anual, salvándolas así de la extinción. Dicha labor se realiza a través del Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas.
Comienza temporada de anidación
Una vez que las tortugas depositan sus huevos, los nidos son trasladados con gran cuidado para protegerlos de depredadores, hasta que eclosionan, liberándose al mar alrededor de 1 millón de crías por temporada, según cifras de la Conanp.
Las tortugas regresan al mar luego de que cumplieron con su misión, dejando en la playa a sus preciadas crías y es entonces que los voluntarios de los campamentos resguardan los nidos (alrededor de 45 días) hasta que las tortuguitas salen de los huevos y se encuentren habilitadas para ir hacia el océano.
Hermilo Esparza, encargado del Centro de Protección y Conservación de la Tortuga Marina en Nuevo Vallarta, informó que las primeras liberaciones se realizan generalmente en la segunda quincena de julio, aunque el grueso se lleva a cabo en agosto, concluyendo a finales el mes de octubre.
Las playas en las zonas hoteleras constituyen excelentes áreas de arribazón y es la de Nuevo Vallarta la que históricamente registra el mayor número de nidos en el corredor turístico, con más de 9 mil, así como más de 400 mil quelonios liberados por temporada.
Algunos campamentos realizan ceremonias para liberar a las crías que lograron madurar, lo que resulta en una experiencia única, sobre todo para los niños, a quienes se les inculca el amor por la naturaleza.
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