Finalmente se tumbó el último amparo interpuesto contra esta obra que, según la Onu, generará un millón de empleos en la región de la península de Yucatán y permitirá que un millón de personas, salgan de la línea de pobreza.
La Bahía de Banderas y su Tren.
A principios del siglo XX, un hacendado, Fermín Maisterrena Goyeneche, empezó a comprar grandes extensiones de tierra entre Las Varas, La Lima, El Coapinole y el Colomo. Maisterrena había trabajado en la Casa Aguirre y se había enterado de que Porfirio Díaz estaba contemplando construir una salida al océano Pacífico del ferrocarril Central de Guadalajara y, se planeaba que fuera a la costa para llegar a la Bahía de Banderas, al pueblo de Las Peñas de Santa María de Guadalupe (hoy Puerto Vallarta).
Así fue cómo surgió la hacienda Maisterrena, que fue una de las más grandes de la región e incluso, en el mero centro del pueblo de Las Peñas tenía una casa comercializadora, donde trabajaba como habilitador mayor el señor Agustin Flores Contreras.
Un peón de la hacienda Don Ramón González, contó que trabajó de niño para los Maisterrena, a los once años llevaba 30 mulas cargadas de tabaco y se hacían dos días para llevar las mercancías desde El Colomo hasta Las Peñas. Recibía de pago 50 centavos a la semana “se lo daba a mi madre para comer”. A los adultos les pagaban un peso.
Porfirio Díaz estaba impulsando la construcción del Ferrocarril en México y decidió que era una mejor opción enviar el tren de Guadalajara a Colima, así que la hacienda Maisterrena vio su fin, luego de consolidada la revolución y fue confiscada por el gobierno de Lázaro Cárdenas, para dar nacimiento a los ejidos de El Colomo, San Juan de Abajo, San José y Las Glorias de Fortuna de Vallejo, en el sur de Nayarit, municipio de Compostela.
Por su parte Yucatán tenía grandes haciendas dedicadas a la producción de henequén, una fibra natural excelente para la fabricación de sogas, cuerdas y costales, muy cotizada a nivel mundial.
Pero eso tampoco no le valió a la península para que se ampliara el tren hasta Mérida, el tren porfirista sólo llegó hasta Coatzacoalcos. Se construyó un circuito local entre Campeche, Mérida y Valladolid, pero la península quedó incomunicada del resto del país.
Así, la Bahía de Banderas como Yucatán se quedaron esperando el tren, que nunca llegó.
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