Entre los municipios de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, especialmente por la franja turística, cada vez aumenta el número de niños, niñas y adolescentes que tienen que trabajar para poder comer.
Cualquier ciudadano puede ser testigo, cuando algún menor de edad, se le observa por las calles, vendiendo, flores, dulces, pan casero, chicles, etc.
Según testimonios de los adolescentes, en algunos casos, vienen siendo obligados a trabajar desde muy temprana edad, por sus respectivos padres, aunque en la mayoría tiene que ejercer el comercio, para sobrevivir.
Una gran cantidad de niños y niñas trabajan de cerillos en algunos centros comerciales, otros trabajan en separación de botes de aluminio, incluso de muchos talleres mecánicos, con el consentimiento de sus padres.
Las propias autoridades del DIF, reconocen que es difícil tener una cifra real de cuántos menores trabajan, ejerciendo el comercio ambulante, entre los municipios de Puerto Vallarta, Cabo Corrientes y Bahía de Banderas.
De acuerdo con lo informado por las autoridades locales, en esta ciudad a través del DIF se han hecho algunos operativos especiales, a fin de retirar de las calles a todos aquellos pequeños, sorprendidos ejerciendo el comercio en cruceros.
En cambio en las comunidades rurales, un sinnúmero de menores de edad, vienen siendo obligados en contribuir en las tareas del campo, a muy temprana hora, tal como lo afirma la señora Olga González, de la población El Ranchito.
A pesar de las ayudas económicas, que ofrecen los gobierno del municipio y el estado, de todos modos hay cientos de niños tienen que trabajar, muchas de las veces, con él, o sin él, consentimiento de los sus respectivos padres.
Sin embargo, en una realidad que por algunas colonias de las demarcaciones del municipio de Puerto Vallarta, Bahía de Banderas y Cabo Corrientes, es muy común observar a niños y niñas, apoyados por sus padres, venciendo casa por casas, bolsas con frutas y verduras, etc.
Martha Torres, profesora de preescolar en Las Juntas, manifestó muchos de los niños o niñas, tienen que trabajan por necesidad, debido a que sus padres no ganan el suficiente dinero para mantener a la familia.
La entrevistada dijo que considera que está mal que los niños trabajen, a muy temprana edad, porque muchos de ellos, seguramente van preferir el comercio, que seguir estudiando en alguna universidad.
“Ciertamente está mal, que muchos padres de familia obliguen a sus hijos a trabajar en el comercio, porque lo más seguro esos pequeños, van preferir trabajar, que seguir estudiando”, expresó la profesora Martha.
Cabe comentar que algunas de las personas que entrevistamos coincidieron en señalar que está mal que los niños, sean obligados a trabajar, sin embargo reconocen que está bien que las autoridades municipales, retiren a los niños de la calle cuando sean sorprendidos ejerciendo el comercio informal.
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