- Jesús el Cristo «fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso»
- Los Diez Mandamientos, indiscutiblemente son una expresión de conducta, que sin creer o no en Dios, son postulados que cualquiera pudiera practicar.
Estamos en pleno periodo vacacional de Semana Santa y Pascua, como cada año hacemos esta misma reflexión, que escribimos ya hace algunos años, pero que siempre reproducimos por la trascendencia de su significado en estas fechas, no encontrando palabras nuevas para decir lo mismo, compartiendo con ustedes amables lectores el verdadero motivo de celebración de estos días pero que tal vez muchos desconocen.
La Semana Santa, al igual que en diciembre, -en que se festeja el “nacimiento de Jesús Cristo”-, son dos periodos vacacionales catalogados como los principales días de descanso para la mayoría de las familias en todo el mundo. Pero ante todo, son dos celebraciones religiosas destacadas.
Para quienes comulgan con la doctrina Cristiana, particularmente los católicos, son momentos de reflexión y convivencia, para conmemorar que Jesús el Cristo ha resucitado, esto para aquellos que a lo mejor no lo saben, todas esas parvadas de desordenados que se van en masa a “ballenear”, a los destinos turísticos, a tirar basura, contaminar las vialidades y las playas, orinando donde sea, que no respetan los más elementales principios de moralidad, de valores, causando de paso un mal aspecto a nuestros destinos turísticos, como Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, o quizá muchos de nosotros, que esperamos esta Semana Santa, pero que definitivamente ni siquiera sabemos cuál es su significado.
La Semana Santa se conmemora para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, inicia con el Domingo de Ramos, que es el día en que Cristo llegó a Jerusalén y todo el pueblo lo reconoció como Rey, se acostumbra llevar palmas a la Iglesia para que las bendigan, como lo hicieron los judíos en su tiempo.
El jueves de la Semana Santa, se recuerda el pasaje histórico de la Última Cena con los apóstoles, episodio importante, ya que al saber que fallecería, Cristo impuso la Eucaristía para quedarse siempre en la humanidad, sencillamente esto es lo que hasta hoy se celebra en las misas que es la Comunión, materializada en la hostia y el vino, que representan el cuerpo y la sangre de Jesús, y que cada vez que se comulga, es cuando Cristo entra a nuestra alma.
Después de la Última Cena, Jesús oró en el Monte de los Olivos, es el Viernes Santo, uno de los principales días para el catolicismo, pues fue este día cuando Cristo fue preso, torturado, para finalmente clavarlo en una cruz y murió; se acostumbra en todo el mundo católico, hacer una representación del viacrucis que vivió en carne propia el Padre del Cristianismo, puesto que se sacrificó por la humanidad.
El Sábado Santo, es el día de la sepultura de Jesús y de su descenso al lugar de los muertos, para liberar a los que moraban en el reino de la muerte perdonarles sus pecados y salvar su alma: Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso; estas palabras pertenecen al “Credo”, una de las principales oraciones de la Iglesia Católica, que recogen su doctrina acerca del tiempo en que Jesucristo murió en la Cruz y no había aún resucitado.
Finalmente el Domingo de Resurrección; después de su muerte, Jesús fue sepultado y al tercer día resucitó, por lo que sin duda el próximo Domingo, es el más significativo de la Semana Santa y de alegría para el catolicismo, puesto que se recuerda el día en que Cristo triunfó sobre la muerte, logrando abrir las puertas del cielo, y que según esta acepción religiosa, quien ha sido buen cristiano, acogiéndose a Dios y a su hijo Jesús, al morir, podrá salvarse, perdonarle sus pecados y transitar a la vida eterna, por siempre en compañía de Dios todo poderoso.
Es esta la fiesta más importante para los católicos cuya principal ceremonia que tiene lugar durante su año litúrgico, es en el tránsito entre el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección, cuando se celebra la Vigilia Pascual.
Amor al Prójimo, respeto entre los seres humanos y la consecución del bien común, el amarse los unos a los otros, son el legado del Jesús a la humanidad; los Diez Mandamientos, indiscutiblemente son una expresión de conducta, que sin creer o no en Dios, son postulados que cualquiera pudiera practicar.
Dios vive en ti, Cristo vive en ti, son las acciones buenas para ayudar a los demás lo que importa, no necesariamente ir a la Iglesia a darse golpes de pecho, cuando en el fondo, con acciones ruines, mezquinas y antimorales, demostramos que nos portamos mal, hacer el bien sencillamente.
De hecho, muchas doctrinas políticas están dotados de su parte de Cristianismo, que si todos nos apegáramos a estos postulados, habría menos maldad en el mundo, ya que nosotros conocemos a muchos, que van a la Iglesia a Misa, son simuladores, pero en el fondo, son mas malos que el propio demonio y afectan a la sociedad y a quienes los rodean.
Pero en fin, en estos días de asueto si usted no puede ir a la Iglesia, celebre con unos momentos de meditación, de arrepentimiento de los pecados y actitudes con las que hemos afectado a los demás, practicando con hechos su buena voluntad y los postulados de la doctrina Cristiana expuestos en el decálogo de Moisés: Amarás a Dios sobre todas las cosas; no tomarás el nombre de Dios en vano; santificarás las fiestas; honrarás a tu padre y a tu madre; no matarás; no cometerás actos impuros; no hurtarás; no dirás falso testimonio ni mentirás; no consentirás pensamientos ni deseos impuros; no codiciarás los bienes ajenos.
Estos diez mandamientos se resumen en dos: Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo; lo que se traduce en ayudar a los demás, alejados de la maldad, de los vicios, siendo seres humanos honestos y responsables con nuestras obligaciones; esto significa la Semana Santa, la conmemoración de la muerte y resurrección de uno de los máximos exponentes de la historia universal y del catolicismo, Jesús Cristo el hijo de Dios, que por cierto la medición del tiempo, de los milenios de la historia humana en este mundo, se divide en Antes de Cristo y Después de Cristo.
Deseo a todos aquellos que me hacen el favor de leer mis comentarios, unas extraordinarias vacaciones, hacemos una pausa para descansar y convivir con la familia.
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