Repudia CNTE “cerrazón” del gobierno; reclama negociación

 

Ciudad de México.- Profesores disidentes, quienes se mantienen en el plantón nacional de la Plaza de la Ciudadela, marcharon por Paseo de la Reforma hasta Bucareli para exigir el respeto a sus derechos constitucionales de libertad de tránsito y de expresión.

Ante la sede del Senado de la República y la Secretaría de Gobernación también demandaron que se atienda su exigencia de diálogo.

Poco más de 300 educadores, de acuerdo con datos del Gobierno de la Ciudad de México, iniciaron su protesta desde las primeras horas de este miércoles.

En operación hormiga arribaron antes de las 08:00 horas a la Bolsa Mexicana de Valores donde realizaron un mitin.

Posteriormente avanzaron hasta el Senado de la República, donde profesores de Oaxaca y Michoacán, repudiaron la «cerrazón» del gobierno federal ante la negativa de atender su demanda de instalación de una mesa de negociación.

A las 10:30 horas, el contingente avanzó por avenida Paseo de la Reforma hasta la calle de Bucareli para ubicarse en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación, donde realizan otro mitin.

Al concluir anunciaron que regresarán a su campamento de la Plaza de la Ciudadela.

Los maestros disidentes demandaron a la dependencia federal que fije «el día y la hora para establecer un diálogo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación» y advirtieron que no abandonarán la Ciudad de México hasta lograr que una comisión de sus dirigentes sea atendida.

Maestros de la Montaña Alta de Guerrero afirmaron que en sus comunidades las escuelas carecen de luz, agua potable y drenaje.

«Cuando ocurre alguna lluvia fuerte o viento fuerte y se daña la escuela por algún desastre natural, somos los maestros y los padres de familia quienes costeamos los daños y reparamos el inmueble. Ni el gobierno estatal ni el municipal, mucho menos el federal nos dan apoyo».

En mi escuela primaria indígena comunitaria, aseguró el profesor Miguel, el agua «la sacamos de pozos y nosotros construimos las fosas sépticas. No tenemos barda perimetral y en cuanto al material didáctica, lo ponemos de nuestros salarios».

En el plantel se atiende a 178 niños hablantes de lengua indígena me’phaa (tlapaneco), pero sólo hay ocho maestros.

«Carecemos de todo personal de apoyo, de intendentes o apoyo técnico pedagógico. Somos ejemplo de las condiciones que enfrentan la mayoría de las escuelas de la Montaña Alta. Cómo vamos a tener calidad educativa, si ni siquiera tenemos luz o agua potable».

Con el apoyo de los padres de familia y los docentes, dijo, logramos darle alimentos calientes a los niños.

«Nos organizamos e incluso somos los maestros los que cortamos la leña para que se cocinen los alimentos y los padres ponen lo que tienen. El Estado nunca nos ha dado si quiera lo siguiente».

Nos duele, afirmó, que luego de 17 años de trabajo, de levantar la escuela y organizarla, ahora nos digan que somos sustituibles.

«Vamos a seguir en la noche hasta donde se pueda, por nuestras familias y por la comunidad, porque mis hijos también estudian en esa primera», concluyó.

Los docentes de Guerrero señalaron que han recibido el apoyo solidario de los habitantes de la capital con alimentos y agua. Informaron que en la mesa de acopio de Guerrero se concentran las donaciones de víveres, pero también de material didáctico para sus alumnos indígenas.

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