En 2016, año marcado por un clima particularmente caluroso y tormentoso, el hielo sobre el que los pingüinos crían a sus bebés en la Antártida cedió, matando a casi todos
En 2016, año marcado por un clima particularmente caluroso y tormentoso, el hielo sobre el que los pingüinos crían a sus bebés en la Antártida cedió, matando a casi todos