¿En qué momento perdimos el control? ¿Cuándo se volvió normal ver a hombres que, bajo el influjo del alcohol o alguna droga, descargan su frustración y violencia contra quienes más los aman? Bahía de Banderas enfrenta hoy una dura realidad: la violencia doméstica y los feminicidios siguen aumentando, y la falta de cultura por la denuncia se convierte en cómplice.
El presidente municipal Héctor Santana García ha sido claro, no habrá tolerancia ni descuentos para los agresores. Los fines de semana se refuerzan los operativos y toda la semana se brinda apoyo a través del Instituto Municipal de la Mujer, con atención y acompañamiento a víctimas a cualquier hora. Pero las leyes y las medidas solo funcionan si la sociedad también asume su parte: denunciar, no callar, no proteger al violento.
Quien levanta la mano contra una mujer pierde toda calidad moral. No es “una pelea de pareja”, es un crimen. Si Bahía de Banderas quiere paz, debe empezar por sus hogares.
No más alcohol como excusa. No más golpes como desahogo. Es momento de comportarnos como hombres y ciudadanos, no como cobardes que se esconden detrás de una botella.
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