Indignación ciudadana ha causado una agente activa de la Dirección de Seguridad Pública, conocida como “La China Tiktoquera”, quien presume su poder gracias al respaldo del subdirector operativo Adalberto Olvera.
Recientemente, esta elemento fue vista en el lugar de un accidente vehicular en San José del Valle, donde —según testigos— protegió al joven responsable del percance. Su intervención, lejos de buscar justicia, habría tenido como objetivo encubrir al responsable, lo que ha generado cuestionamientos sobre el uso de influencias dentro de la corporación.
Pero esta no es la única razón por la que la agente está en el centro de la polémica. En redes sociales circulan múltiples videos donde aparece bailando con el uniforme oficial de la policía municipal, lo que muchos consideran una burla al uniforme y una falta de respeto a la institución.
Mientras ciudadanos exigen sanciones ejemplares, otros se preguntan: ¿cuántos elementos más actúan con impunidad gracias a la protección de sus superiores? ¿Quién le pone un alto al desorden dentro de la Dirección de Seguridad Pública?
El caso de “La China Tiktoquera” pone en evidencia el deterioro de la disciplina y la ética dentro de la corporación, así como la falta de liderazgo que permita corregir este tipo de conductas.
Porque ser policía no es para protagonizar videos virales ni para proteger a conocidos: es una responsabilidad que debe ejercerse con integridad, no con favoritismos ni espectáculos.
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