En Bahía de Banderas, Nayarit, el nombre de Ciola Edith Arevalos figura en dos mundos: el del servicio público y el del comercio local. Hoy es asesora en la oficina de la Presidencia Municipal, y a la vez, rostro visible del negocio “Hamburguesas Robin”, que presume más de 18 años de actividad y éxito.
Sin embargo, documentos oficiales del propio Ayuntamiento revelan que dicho negocio no cuenta con licencia de funcionamiento vigente ni con vistos buenos de Vialidad, Turismo o Protección Civil, al menos desde el año pasado.
La polémica crece porque Arevalos, además, percibe un salario superior a 26 mil pesos mensuales como funcionaria municipal. Mientras tanto, cientos de pequeños comerciantes cumplen trámites, pagos y requisitos para mantener abiertos sus negocios, enfrentando inspecciones y sanciones si no lo hacen.
¿Cuántos más, dentro del Ayuntamiento, tienen negocios operando en las mismas condiciones? ¿Cuántos funcionarios exigen orden a los ciudadanos mientras sus propios negocios carecen de permisos básicos?
El Ayuntamiento ha confirmado que “Hamburguesas Robin” se encuentra apenas en trámite para regularizar su licencia, mientras sigue operando y generando ingresos.
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