Ajedrez Político. “Andy”.
Escribe karl Marx en su libro “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, que según los historiadores “La historia se repite dos veces, pero les faltó agregar, que la primera vez como tragedia y la segunda como comedia.”
En el caso de México, efectivamente, Andrés Manuel López Obrador llegó al poder escribiendo en las páginas de la historia una tragedia, con sangre y lágrimas construyó un movimiento político exitoso que lo llevó a la presidencia de la República.
Pero otra cosa muy diferente, es que Andrés Manuel López Beltrán, a quien sus propios allegados le dicen “Andy”, pretenda, no digamos una lucha política, sino encarar un simple proceso electoral siendo un perfecto desconocido, cuya única virtud es su apellido y fue derrotado por una oposición mediocre, sin ideología, sin idea y sin propuesta.
Una comedia donde ahora el principal actor no tiene trayectoria política, no ha sido servidor público, no ha ocupado cargos de elección popular, no ha escrito libros, no se conoce su opinión, no da entrevistas, en una palabra un junior de la política, era mucho esperar que “Andy” fuera a dar arrolladores resultados electorales como lo hacía su papá.
En el 2018, el pueblo de México depositó toda la confianza en Andrés Manuel López Obrador y le dio un cheque en blanco!
Pero como dijo Carlos Marín, llegaría el momento en que Obrador no estaría en la boleta y ese momento ya llegó, Durango y Veracruz le han puesto una tunda a Andy.
Y de Luisa María Alcalde, la soldado de Obrador y la presidenta De Morena, ni quien se acuerde.
Tal como sucedió con el sobrino de Napoleón Bonaparte, quien logró convertirse en el emperador de Francia años después de que falleciera el gran emperador Francés, el sobrino surcó los mares en busca de conquista, intervino en México para imponer de emperador Maximiliano, pero al final, los franceses fueron sacados a patadas de este país. No era lo mismo Napoleón, que el Sobrino, tampoco es lo mismo Obrador que Andy.
Lo que no se entiende es porque Obrador recurrió al exilio político, porque en tiempos del PRI había una regla no escrita de la política que decía: “el que se va se calla”, pero ahora el líder político de Morena sigue siendo Obrador y eso no debería implicar guardar silencio en el tema político, mientras se respete el tema de gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum.
En la política el “legado” no se hereda y el apellido no hace al líder!
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