Cristóbal Esparza, conocido por su historial de prepotencia y voracidad, fue removido de su cargo como director del Juzgado Cívico en Bahía de Banderas. Ahora ha sido reubicado en una subdirección de la Contraloría municipal, una decisión que ha sido bien recibida por ciudadanos que exigían mayor ética en cargos sensibles.
La fama del exfuncionario no es nueva. Desde que fue regidor durante la administración del “Ratón” Gómez, ya se le señalaba como una persona abusiva y oportunista, e incluso se sabe que intentó recibir un “aguinaldo” especial por su posición edilicia, lo cual generó críticas severas.
La decisión del presidente municipal, Héctor Santana, de retirarlo del Juzgado Cívico —un área clave para la impartición de justicia administrativa— es vista como una medida oportuna para devolver la confianza ciudadana en dicha institución.
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