La FEUAN otra vez en la polémica

• Valeria de León con el enemigo en casa.

• Presumiblemente, la presidenta Geraldine Ponce involucrada en estrategias de intromisión en la UAN.

Nuevamente, circulan en redes sociales acusaciones contra el maestro Daniel Maldonado Félix, director de la Unidad Académica de Salud Integral, quien también está casado con la actual Rectora, Norma Galván Meza, pero como hemos mencionado en muchas ocasiones, esta relación se convierte en un blanco fácil de acusaciones sin fundamento, incluso por cosas tan cotidianas o hasta se les acusa de “los rayos del sol que brillan” en el campus. En lo que respecta a la organización estudiantil, se le señala de ser el orquestador de «conspiraciones» que no existen más allá de la imaginación de quienes lo señalan, recordando igualmente que hace casi 20 años, Maldonado también fue presidente de la FEUAN.

A lo largo del tiempo, muchos jóvenes han accedido a la dirigencia de la Federación de Estudiantes de la UAN, pero sin tener una idea clara de lo que significa el liderazgo social, ya que en lugar de enfocarse en obtener beneficios para la comunidad estudiantil, salvaguardar sus derechos y promover la cultura y el deporte, llegan con una visión distorsionada: consideran la FEUAN como un espacio de poder, un trampolín político para obtener regidurías, diputaciones y alcaldías. Sin ningún tipo de vergüenza, se venden al mejor postor, alegando «controlar» la organización y su dirigencia, lo que ha servido como “caldo de cultivo” para la intervención de grupos fácticos del Estado en la universidad, apoyados por estos dirigentes inmaduros y oportunistas.

Ni siquiera en la época de Felipe Sánchez, José Luis Rábago, Tomás Pérez, Julio Mondragón y Humberto Lomelí se vio tanta ambición y sed de poder. Y eso que aquellos fueron tiempos duros, con verdaderas intromisiones de los gobernadores en la universidad, buscando controlarla. Estos líderes de entonces se destacaron por defender la autonomía universitaria y rechazar la injerencia del poder político. Hoy en día, los dirigentes actuales no solo carecen de ese espíritu, sino que se «ofrecen solitos a los poderosos», mintiendo sobre sus supuestos «controles políticos». Están fuera de tiempo y lugar, viviendo en una época en la que esas estrategias ya no tienen cabida dentro de la universidad.

En pleno proceso de renovación del Consejo General Universitario, la presidenta de la FEUAN, Valeria de León, «tiene al enemigo en casa», está siendo acorralada por su Secretario General, Wilber Dikember Cervantes Cervantes, así como el Vicepresidente, Morgan Histro García González. Ambos personajes, en su desmedida ambición por el poder, han estado amedrentando a estudiantes que aspiran a dirigir las sociedades de alumnos en los distintos planteles, intentando imponer a sus incondicionales con actitudes amenazantes y «cavernícolas». Todo esto mientras abusan de la confianza de Valeria, quien está encargada de coordinar el proceso electoral estudiantil.

Tanto Wilber como Morgan son herencia del expresidente de la FEUAN Ángel Aldrete, distinguido militante de Movimiento Ciudadano, han vendido a sus patrocinadores la idea de que podrán imponer a la mayoría de los consejeros estudiantiles y, con ello, controlar el Consejo General Universitario y someter a la rectora Norma Liliana Galván Meza. Su objetivo es claro: influir en las decisiones del máximo órgano de gobierno universitario utilizando este poder para avanzar en sus proyectos políticos. Estos jóvenes están anclados en viejas mañas, en un imaginario juego de poder que no les corresponde.

No, señoras y señores, ni Daniel Maldonado Félix  ni la Rectora están orquestando supuestas «imposiciones». Los que realmente están operando en las sombras son, en primer lugar, Wilber Dikember Cervantes Cervantes, excoordinador de la Preparatoria 1. Su inclusión en el comité fue el resultado de una negociación con uno de los exaspirantes a la dirigencia, que finalmente ganó Valeria de León.

Cabe señalar que Wilber ha sido señalado hasta por la Fiscalía por facilitar la venta de drogas a estudiantes. Además, no se guarda nada “su pecho no es bodega” y abiertamente proclama que ya forma parte del proyecto político de la alcaldesa de Tepic, Geraldine Ponce, afirmando que es financiado y recibe instrucciones de Alejandro Galván.

Cierto o falso, Wilber no se cansa de repetirlo: «Alejandro Galván y Geraldine me financian y me dan indicaciones». Pero ante la ola de quejas por parte de los aspirantes a las sociedades de alumnos, Valeria de León convocó a una reunión del Consejo General de la FEUAN, donde Wilber fue destituido de su cargo de Secretario General precisamente por sus actitudes intimidatorias, de las que la organización y su Presidenta se deslinda completamente.

El otro miembro del comité, el vicepresidente Morgan Histro García González, también llegó a su cargo como parte de una negociación con otro grupo estudiantil de otro exaspirante. Morgan es igualmente un militante abierto de Movimiento Ciudadano, partido que en su momento intentó intervenir en la elección de la presidencia de la FEUAN, que finalmente ganó Valeria de León. Pero parece no han podido superar esa derrota, y por ello ahora actúan por su cuenta, sin respetar las directrices de Valeria de León.

Es importante mencionar que, al igual que Wilber, Morgan también asegura recibir instrucciones y financiamiento, esta vez del dirigente del SPAUAN, «Pancho» Haro, que ante la falta de liderazgo entre los docentes en las escuelas, el sindicato de profesores no ha logrado tener representantes de su línea en el Consejo General Universitario, por lo que recurre a este líder estudiantil para intentar obtener más votos.

Ya es hora de que la FEUAN se libere de estos dirigentes «contaminados» y permita que Valeria de León trabaje en elecciones democráticas y limpias. La universidad y su máximo órgano se enfocan en consolidar un marco normativo que garantice una formación de calidad y relaciones laborales dentro del marco legal, en implementar acciones de austeridad y transparencia, el CGU no puede concebirse para servir como herramientas y «vender liderazgos ficticios» ni a Geraldine Ponce ni a Movimiento Ciudadano.

Este tipo de acciones solo desprestigian a la UAN y hacen parecer que la Rectora Norma Galván Meza, a través de su esposo Daniel Maldonado, está interesada en resolver elecciones estudiantiles, cuando en realidad su mayor preocupación es gestionar recursos extraordinarios para sacar a la universidad de la crisis. Eso es lo realmente importante, no andar en guerrillas por una sociedad de alumnos. ¡Va!

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