Con la pérdida del poder adquisitivo del salario se tiene que modificar el consumismo

Ante la consecuente pérdida del por si ya raquítico poder adquisitivo del salario de la inmensa mayoría de la clase trabajadora, resultado del aumento de precios de todo tipo de productos y servicios, debido a la inflación que no cede, el aumento al salario mínimo es únicamente un espejismo, porque al mismo tiempo por esta misma razón también se elevan los costos de la producción, por lo que se hace necesario modificar nuestros hábitos de consumo, que podrían significar un ahorro sustancial en la economía familiar, además de ser un beneficio para la salud.

Por ejemplo, habrá que dejar de comprar cerveza de cualquier marca, no importa sean las ofertas del Kiosco o el Oxxo, mínimamente se gasta en un 12 o 18, o tres “promos” de ballenas, que dan por lo menos 300 por semana, que arrojan un gasto de aproximadamente de 1200 a mil 1500 por mes.

También suprimir la compra de agua embotellada, que es “carisíma” en comparación con el costo de un garrafón, en promedio una o dos por día, de entre 15 y 20 pesos, son 30 o 40, a la semana 200 pesos, en promedio 700 mensuales, de puras botellas de agua cara. Tenemos que cargar una “hielerita” con un bule en los carros clase media, o botellas recicladas para rellenarlas.

Dejar definitivamente todo tipo de marcas de refrescos y jugos endulzados, que dicho sea de paso son muy dañinos a la salud, por tanta azúcar. Una Coca, Pepsi, Peñafiel o Mirinda, de botella de 2 o 3 litros al día para a acompañar la comida, son más o menos 50 pesos diarios, 200 a la semana, 800 al mes, mínimamente, pues hay familias que compran hasta dos “refrescotes” al día. Habrá que hacer agua de limón, de naranjas, de guayaba, nanchis o arrayanes, saldrá más barato y son más saludables.

Otro gasto innecesario indiscutiblemente son las frituras de harina de todo tipo, papas, galletas y todos sus derivados de cualquier marca, que además tienen una alta carga impositiva, mucha azúcar y carbohidratos, muy nocivos a la salud también, cada antojito »pal huequito», representa un gasto de 30 o 50 al día, paquetes de galletas y papas, andan entre 20 y 30 pesos o más. 150 pesos por semana en promedio en esta comida chatarra, 600 al mes. Si da hambre entre comidas, hay que entrarle a las jícamas y los pepinos, que no son tan caros.

Igualmente dejar para mejores tiempos, el ir a comer “antojos chatarra” para consentir a los hijos, pizzas, hamburguesas, papas fritas, pollo empanizado, con las franquicias Dominos, Hut, Mac Donals, Burguer King, Kentoki, etcétera, dejar de ir a los restaurantes caros. Es más sano y barato preparar todo eso en casa, o en su defecto taquerías, pozolerías, marisquerías o fondas, en los pueblos hay bastantes, muy sabrosos y “baras baras”, ya que una pizza pollos empanizados, son mínimo 400 a la semana, mil 600 al mes por lo menos.

Si usted es de las familias promedio, que tiene estos hábitos de consumismo habrá que modificarlos, para poder ahorrar y sostener los efectos de la pérdida del poder adquisitivo del salario, soportar el efecto inflacionario y cuidar nuestra salud, pues en este mes de enero el aumento de precios se vendrá en cascada.

Por mi parte lo que más me duele es dejar de comprar “cervecitas” como producto de primera necesidad, porque además estamos hasta full con los triglicéridos, pero haremos el esfuerzo, porque hay que pagar otras cosas y el salario no aumenta en la misma proporción que la inflación ni tampoco con todo y que debería de subir conforme a la nueva tarifa del “salario mínimo”. Ya que si reflexionamos de lo anteriormente expuesto. Nos estaremos ahorrando entre 4 mil a 5 mil 200 por mes o más. Va

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