La economía del conocimiento y la educación – Comentarios de la Bahía

• AMLO debe invertir los millones ahorrados por su austeridad en la educación, si no, será mera demagogia su discurso de cambio

• Urge salario justo para los docentes, desde el preescolar, primaria, secundaria, bachillerato, hasta el nivel superior, para que sean verdaderamente de Tiempo Completo y no tengan que estar buscando otros empleos

• El de los Maestros es una labor especializada, ardua, cansada y muy mal pagado, por cada hora de aula, se dedican otras dos en preparar clases, por lo que invierten más horas de trabajo de lo que se les paga

• Las horas aula son las que generan graduados de calidad, pero es la que menos se ha tomado en cuenta, el “maestro de talacha” está en el último eslabón, esto no ha cambiado con todo y la nueva reforma Educativa impulsada por MORENA.

En la economía moderna, además de la tierra, el trabajo y el capital, el conocimiento se ha convertido en el factor de la producción más importante; los países que más han avanzado en el desarrollo económico, han sido precisamente aquellas que han cimentado su progreso en la inversión en educación e investigación, que ha dado como resultado innovación, competitividad y productividad en su sistema económico, como consecuencia se ha elevado el nivel de vida de su población.

De ahí la importancia de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de los millones de pesos que ahorra con su política de austeridad, verdaderamente los destine en el sistema educativo nacional, que, dicho sea de paso, fue abandonado a su suerte por 30 años de neoliberalismo, modelo económico que ya quedó demostrado no reactivó la economía ni trajo los niveles de bienestar a los mexicanos.

Y es que en un entorno de globalización y libre competencia mundial, seguimos siendo un país subdesarrollado y “tercermundista”, esto significa que siempre estamos un paso atrás del desarrollo capitalista, porque no producimos lo que consumismos (se tiene que importar), no hay un pleno encadenamiento productivo de los tres sectores, primario (agricultura, pesca y ganadería), secundario (industria de la extracción y transformación) y terciario (los servicios); en teoría un país es desarrollado cuando produce la mayoría de bienes y servicios que consume.

La muestra es que la riqueza nacional, está concentrada en unas cuantas familias de la alta nomenclatura financiera y empresarial, con un reparto inequitativo que todavía nos tiene con niveles de pobreza en amplios sectores sociales vulnerables, como resultado de la falta de oportunidades, enfermedades, empleos mal pagados, insuficiencia de espacios educativos, delincuencia e inseguridad son el pan de cada día, lo estamos viviendo, la economía mexicana no creció en 2019 y para este 2020 las expectativas no son halagadores, estamos ante un comprobable estancamiento económico.

Indiscutiblemente que falta mayor inversión en infraestructura académica en todos los niveles educativos, con más computadoras, televisores, proyectores, bibliotecas con acervo bibliográfico actualizado, desayunadores, construcción y rehabilitación de planteles, espacios para la cultura y el deporte en las instituciones, introducción de internet, laboratorios, apoyos para el transporte, útiles y uniformes gratuitos, más becas para estudios de licenciatura y posgrados, una vinculación real entre la educación y el sector productivo, etcétera.

Pero, además, algo muy importante, urge un salario justo para los docentes, desde el preescolar, primaria, secundaria, bachillerato, hasta el nivel superior y posgrado, para que sean Maestros comprometidos, verdaderamente de “Tiempo Completo”, como en los países desarrollados, para que no tengan que estar realizando otras actividades o buscando empleos alternos para completar su gasto, porque disminuyen su productividad, esto último es la realidad de muchos trabajadores de la educación.

Esto último ha degradado la función docente, que debido a los bajos salarios y a políticas laborales erróneas, la propia SEP y las instituciones educativas, para medir la productividad de los profesores, han inventado que son los cursos, congresos, diplomados, investigaciones, publicaciones y conferencias, como medida para que puedan percibir un mejor salario, dejando de lado la función docente en el aula, por lo que muchos docentes se dedican más a estas actividades abandonando sus grupos, que es lo que debería ser lo prioritario, porque las horas aula, son las que generan graduados de calidad, pero es la que menos se ha tomado en cuenta, el “maestro de talacha” está en el último eslabón, esto no ha cambiado con todo y la nueva reforma Educativa impulsada por MORENA.

Este es el punto, si bien se ahorran millones y millones de pesos con la política de austeridad del Gobierno Federal, el Presidente AMLO debe cumplir su promesa de aumentar los recursos a la educación, no nada más en programas sociales de regalar dinero, que no son la solución, también debe invertir en educación, sin demagogia, como nunca en la historia económica, política y social del país.

De dónde saldrá el dinero? Definitivamente como ya lo propuso el Presidente de la República, una de las posibles soluciones es disminuir al 50 por ciento, el descomunal subsidio de las prerrogativas millonarias a los partidos políticos, que únicamente han arrojado una nueva clase social privilegiada que es la «clase política», que por años ha vivido de este presupuesto, al grado de existir partidos políticos familiares, cargos públicos que se heredan así como prácticas antidemocráticas por el control de las dirigencias y candidaturas, que han degradado la actividad política.

Así que en esta nueva era de la “economía del conocimiento”, es hora de que México invierta más en educación e investigación, porque la experiencia mundial, demuestra una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países, con la fortaleza de sus sistemas educativos, igualmente según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el PIB per cápita de un país entre 4 y 7 por ciento.

Si realmente el Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere cambiar al país, debe invertir en educación, investigación y desarrollo tecnológico, pero por supuesto también en más y mejores salarios para docentes de las instituciones educativas, si no, será mera demagogia su discurso de cambio; esto sigue siendo un gran reto para el Secretario de Educación Esteban Moctezuma Barragán, ya que la economía como ciencia, así lo marca en sus postulados del desarrollo económico moderno.

Finalmente, detrás de cada hora de enseñanza en aula, en cualquier materia de estudio, hay que añadir otras dos, que es el tiempo que se invierte en preparar previamente cada sesión de clase, en su planeación e integración de su secuencia didáctica, a lo que hay que sumar que esto se hace hasta para 7 unidades de aprendizaje diferentes, indiscutiblemente que es un trabajo especializado, arduo, cansado y muy mal pagado, lo que significa que los docentes de todos los niveles, invierten más horas de trabajo de lo que se les paga. VA.

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