El médico le había recetado un lubricante para ojos llamado VitA-POS, que se usa para tratar la sequedad y erosión corneal.
Pero cuando fue a la farmacia y entregó la receta escrita a mano, el personal le dio Vitaros, una crema para la disfunción eréctil.
Los hechos ocurrieron en Glasgow, la ciudad más grande de Escocia, según la edición de diciembre del BMJ Case Report, una herramienta educativa de la revista médica BMJ que recoge casos médicos.
Después de aplicárselo, la mujer sufrió dolor en el ojo, visión borrosa, rojez e inflamación en el párpado, por lo que tuvo que acudir a urgencias.
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