El veneno está en la dosis, y el trabajo no es una excepción. Las jornadas laborales maratonianas son tan nocivas que, a la larga, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, que, a diferencia de la de tipo 1, cuya causa se desconoce, está relacionada con los hábitos de vida y representa el 90% de los casos. Lo curioso es que la relación solo se ha visto entre las mujeres, mientras que los hombres parecen libres de carga, según una investigación canadiense que monitorizó la salud de 7.065 personas de Ontario durante 12 años.
El riesgo de las trabajadoras que hacían jornadas de 45 horas semanales, o más, fue un 51% mayor del de aquellas que pasaban menos tiempo en sus puestos —entre 35 y 40 horas—. A iguales condiciones laborales, los investigadores no observaron el vínculo entre el exceso de trabajo y la diabetes cuando analizaron la salud de los hombres. Este hallazgo puso en marcha el poder deductivo de los científicos involucrados en el proyecto.
Según la epidemióloga del Centro de Investigación en Salud de Centros Hospitalarios de Quebec y autora principal del estudio, Mahée Gilbert-Ouimet, la explicación a esta brecha de género podría deberse a que las mujeres trabajan más tiempo de lo que se informa oficialmente. La investigadora sugiere que el volumen de responsabilidades familiares que asumen es mayor que el que recae sobre los hombres —en España, como ha informado El País, las mujeres dedican el doble de horas que los hombres a trabajos no remunerados— y esa descompensación en las tareas domésticas acaba reflejándose en la salud.
La dificultad de conciliar familia y prevención
«Tal y como se desprende del estudio de estas investigadoras canadienses, las mujeres suman horas de trabajo en el entorno doméstico a las jornadas laborales, o sea, que tienen doble jornada», dice la enfermera y asesora de la Fundación para la Diabetes Mercedes Galindo, quien añade que «eso podría conllevar que no puedan atender aspectos como la actividad física y la alimentación saludable».
Tiene sentido: cuidar la dieta y hacer ejercicio son los pilares sobre los que se asienta la prevención de la enfermedad. Con todo, la mayor predisposición de las mujeres hacia esta enfermedad ya había sido detectada en trabajos anteriores. Según explica Galindo, «varios estudios muestran que las realidad de la diabetes tipo 2 es diferente para hombres y para mujeres».
El número de enfermos varía en función del género, pero también el grado de control que tienen de la patología (el de las mujeres es inferior), las complicaciones que presenta y la mortalidad que conlleva. Según un estudio publicado en 2011, la diabetes apaga más vidas de mujeres que de hombres.
La situación también empeora por la posición socioeconómica
Por si fuera poco, «se ha observado que cuanto más baja es la posición socioeconómica, la clase social y el nivel de estudios, mayor es la probabilidad de presentar diabetes tipo 2, peor es el control de la enfermedad y la frecuencia de complicaciones es mayor», añade Galindo. El motivo está en que el sedentarismo y la obesidad son mucho más prevalentes entre las mujeres que tienen recursos socioeconómicos más escasos.
«Este estudio debe ser analizado con detenimiento y sería interesante que algunos datos no concluyentes pudieran ser objeto de futuros estudios», concluye Galindo. Lo que sí está claro es que la brecha de género en horas dedicadas al trabajo doméstico existe, y no solo en Ontario, donde se ha llevado a cabo el estudio.
LOS DATOS DE LA DIABETES EN LAS MUJERES
– Según la Fundación para la Diabetes, más de 199 millones de mujeres tienen diabetes a nivel global, y se estima que la cifra se incrementará hasta los 313 millones para 2040.
– La enfermedad del sistema endocrino es la novena causa principal de muerte entre mujeres de todo el mundo, con 2,1 millones de decesos cada año.
– Las desigualdades socioeconómicas exponen a las mujeres a los principales factores de riesgo de esta enfermedad.
– Aproximadamente una de cada siete mujeres desarrolla diabetes gestacional, una forma transitoria de la enfermedad que predispone a desarrollar diabetes tipo 2.
Con información de «El país»
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