Un nuevo grupo de más de 1.500 centroamericanos ha cruzado la frontera entre Guatemala y México con destino a Estados Unidos siguiendo los pasos de la anterior caravana de 7.000 migrantes que actualmente atraviesa territorio mexicano.
El grupo ha cruzado el puesto fronterizo de Tecún Umán, donde se ha enfrentado a los agentes de Policía. Según la Policía, los migrantes han lanzado piedras y botellas de vidrio a los agentes.
Según han denunciado voluntarios de Bomberos de Guatemala, un migrante hondureño ha muerto tras ser alcanzado en la cabeza por una bala de goma disparada por agentes mexicanos. Otras 10 personas han resultado heridas.
El Gobierno de México ha negado los hechos, ya que la Policía Federal no iba armada en el choque con migrantes centroamericanos en la frontera con Guatemala, por lo que no sería la causante de la muerte de un hondureño.
El titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alfonso Navarrete, ha detallado que la instrucción dada a los funcionarios y fuerzas de seguridad «fue clara»: «Policía desarmada, tratando de exhortar a que documentaran su entrada a México de forma pacífica y ordenada».
Por su parte, el Gobierno del presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, se ha solidarizado con el grupo y ha subrayado que respeta el derecho de movilización de las personas. No obstante, ha instado a la población a no arriesgar su vida en el trayecto.
Comentarios