Que los hombres nos fijamos en las piernas de las mujeres como objeto de deseo es algo bien sabido. Lo saben bien Julia Roberts y sus 110 centímetros de longitud “pernil”, así como los fabricantes de medias que la contratan para sus campañas publicitarias. ¿Pero sucede lo contrario?
Solemos pensar que los hombres podemos parecerles atractivos a las mujeres por nuestro cabello, nuestra elegancia al vestir, nuestras canas, nuestro tono muscular, nuestro bronceado o incluso nuestro trasero. Pero una vez nos hemos quitado la ropa ¿se fijan las mujeres también en nuestras piernas? ¿Es por tanto, recíproca esa atracción?
Pues parece ser que así es. ¿La razón? Tal vez se trate de algo que la evolución fijó en el cerebro femenino, pero la ciencia acaba de explicar que las mujeres también aman la proporción corporal de los hombres, especialmente la de sus piernas.
Aquí está la clave
Vamos con la ecuación. Todo indica que las mujeres prefieren a hombres cuyas piernas comprenden aproximadamente la mitad de su altura corporal total. Como apuntado anteriormente, los científicos creen que este rasgo se debe a un proceso evolutivo que hace a las mujeres fijarse solo en hombres sanos.
¿Sabíais que las piernas demasiado cortas, por ejemplo, se han asociado con la diabetes de tipo 2? Pues eso no es todo, existen otras proporciones, como la de la longitud de los brazos en relación a la altura corporal, o la de si los codos y rodillas dividen exactamente a la mitad a brazos y piernas, que pueden dar información sobre la salud de una persona.
¿Influyen también estas proporciones en el punto de vista de las mujeres? Para responder a esto, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, recogió una colección de proporciones corporales promedio tomada de aproximadamente 9.000 hombres del ejército de los EE. UU.
Con todos esos datos crearon imágenes, generadas por computadora, de modelos masculinos (véase imagen superior). Los científicos manipularon los modelos para hacer que sus brazos y piernas fueran ligeramente más largos o cortos. Luego pidieron a más de 800 mujeres heterosexuales de Estados Unidos que clasificaran el atractivo de cada uno de los modelos.
¿El resultado? Pues según el trabajo de los investigadores, recientemente publicado, la longitud de los brazos de los modelos masculinos en relación a su altura no parecía importar demasiado a las mujeres que los evaluaban. También pareció que a las mujeres les importaba, apenas un poquito, el modo en que el codo o la rodilla dividían una extremidad. Sin embargo, tal y como ya se había observado en trabajos anteriores, las mujeres percibían si las piernas de los modelos se correspondían más o menos con la mitad de su altura, y cuando no era así no les gustaba.
En fin, lo que queda claro es que la apariencia de uno no lo es todo, aunque las proporciones podrían serlo.
El trabajo del equipo de Thomas M. M. Versluys (Universidad de Cambridge, R.U.) acaba de publicarse en Royal Society Open Science.
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